¿Sabías que...?

“¿Sabías que…?” es el lema que hemos elegido para la sección de reseñas históricas que publicaremos próximamente en los canales digitales de comunicación que tienen abiertos la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y la Cofradía de San Pedro Apóstol. 

Estas breves reseñas, de sumo interés divulgativo, están dirigidas a todos los hermanos cofrades y fieles que profesan culto y devoción a las imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y de San Pedro Apóstol.  

Con ellas abriremos una ventana en el tiempo para conocer los aspectos más interesantes y desconocidos sobre los orígenes y evolución de nuestras cofradías. 

Os invitamos a seguir esta sección que no os dejará indiferentes.  

¿Sabías que…? 


¿Sabías que…? 

El Mercado Central es «Cofrade de Honor» de La Soledad de Santa María y de San Pedro Apóstol

Coincidiendo con los actos conmemorativos organizados con motivo del centenario del Mercado Central, traemos a la memoria la vinculación que la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y la Cofradía de San Pedro Apóstol mantienen desde hace tiempo con la Asociación de Concesionarios en Mercados Municipales de Alicante.

En 1995, los hermanos cofrades de la Soledad de Santa María formalizaron el hermanamiento oficial con la Asociación de Mercados Municipales, siendo presidente de la entidad comercial, D. Juan Zaragoza Mas, y hermana mayor presidenta de la cofradía, Dña. Balbina Oncina Alemañ. Los estrechos vínculos personales y profesionales entre ambos representantes hicieron posible la unión material de estas emblemáticas corporaciones.


Ante el ofrecimiento honorífico concedido por los cofrades, la Asociación de Mercados Municipales aceptaba de buen agrado el nombramiento y agradecía, en carta fechada el 20 de marzo de 1995, “la deferencia que la prestigiosa cofradía, que usted tan dignamente preside, ha brindado a la Asociación de Mercados Municipales de Alicante”.


Como testimonio de gratitud, el presidente D. Juan Zaragoza Mas ofrecía las dependencias municipales como marco para la exposición del nuevo paso de palio de Nuestra Señora de la Soledad que fue bendecido en la Semana Santa de 1995. Aceptada la invitación por parte de la corporación religiosa, el Mercado Central se engalanó el Domingo de Ramos para recibir la sagrada imagen de la Soledad de Santa María. Los honores culminaron en la tarde del Miércoles Santo con la ceremonia religiosa oficiada por Mons. D. Francisco Cases Andreu, obispo auxiliar de la Diócesis de Orihuela-Alicante, quien bendijo el artístico trono de palio y procedió al descubrimiento de la placa conmemorativa. 


Haciéndose eco del unánime sentimiento entre ambas entidades, el Ayuntamiento de Alicante accedió a la instalación de una placa en el interior de las dependencias del Mercado Central. El panel cerámico, modelado con la técnica azulejera valenciana del siglo XVIII, está decorado con hojas de acanto estilizadas, frutas y letras clásicas. La leyenda dice así: «La Cofradía de Nazarenos de la Soledad de Santa María otorga el título de “Cofrade de Honor” a la Asociación de Mercados Municipales de Alicante».


Concluido el vino de honor, dio comienzo la solemne procesión de traslado del trono de Nuestra Señora de la Soledad desde el Mercado Central a la Parroquia de Santa María. La procesión constituyó una multitudinaria manifestación pública de fe y devoción. 


Con ocasión del XX aniversario de aquel hermanamiento, la Cofradía de San Pedro Apóstol concedió, en 2015, la distinción de «Cofrade de Honor» al gremio de comerciantes de Alicante.  El Jueves Santo fue el día elegido para descubrir en el interior de las dependencias del Mercado Central una placa conmemorativa en honor de dicha entidad comercial. 


Los representantes de la Cofradía y de la Concejalía de Comercio y Mercados inauguraron el retablo cerámico que fue instalado en el interior del mercado, junto a la puerta de acceso por la plaza del 25 de mayo, cuya leyenda reza: «Cofradía de San Pedro Apóstol de Alicante concede a Concejalía de Comercio, Mercados e Intermediación del Excmo. Ayuntamiento de Alicante el nombramiento de “Cofrade de Honor”, siendo Alcalde Excmo. Sr. D. Miguel Valor Peidro, Concejal Sra. Dña. Belén González Molina y Hermana Mayor Presidenta Sra. Dña. Balbina Oncina Alemañ. Alicante, 27 de marzo de 2015».  


El panel cerámico recrea la técnica azulejera valenciana. Del escudo de San Pedro, esmaltado en pan de oro, surgen unas lacerías de inspiración renacentista, en azul cobalto y rojo que simulan las ondas de la Explanada de España. En el centro de la orla, aparece la leyenda del nombramiento honorífico. La base de la composición queda enmarcada sobre un mar de fondo con unas redes llenas de peces en clara alusión al discípulo de Cristo. 


Al solemne acto acudieron los representantes de la Concejalía, de las asociaciones de Mercados y Comercio, y de la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Semana Santa.


Desde entonces, el Mercado Central, que celebra este año el centenario de su inauguración, luce en el interior de sus dependencias estas placas honoríficas que testimonian los estrechos vínculos entre la Semana Santa y el comercio de Alicante. 

© Actos de descubrimiento de las placas conmemorativas (1995 y 2015) en el Mercado Central de Alicante. 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Fotos: Archivos de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol de Alicante

¿Sabías que…? 

Hace 25 años, tal día como hoy 23 de mayo, un grupo de hermanos cofrades de la Soledad de Santa María, encabezados por su hermana mayor presidenta, Balbina Oncina Alemañ, decidieron refundar la Cofradía de San Pedro Apóstol en la Semana Santa de Alicante.

La asamblea constituyente se venía preparando desde meses atrás. Varios cofrades habían elaborado la redacción de los estatutos y toda la documentación necesaria para la constitución de la nueva Cofradía. 

A mediados de septiembre de ese mismo año, Alicante acogió el X Encuentro Nacional de Cofradías Penitenciales de Semana Santa, organizado por la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Alicante, y fue en el marco de este foro cofrade celebrado en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Mediterráneo donde se anunció a todos los asistentes la reciente fundación. 

La presentación formal en el seno de la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Alicante no llegó hasta el 14 de octubre cuando el presidente Ramón Campos Campos anunció ante el Pleno la constitución de la nueva Cofradía, siendo aprobada por todos los presidentes. 

 

©Texto: José Iborra
 Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Fotografía: Tony Díez

¿Sabías que…? 

En el año 2002, la Semana Santa de Alicante vivió un acontecimiento de especial relevancia en su historia más reciente. El 21 de septiembre, las hermandades y cofradías fueron las portadoras del palio que acogió la reliquia del beato Francisco Castelló Aleu en la procesión cívico-religiosa que discurrió desde la Iglesia Parroquial de Santa María hasta la calle Viriato. 

Con gran acompañamiento de cofrades y personalidades de la sociedad alicantina, la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Semana Santa descubrió una placa conmemorativa en la fachada de la casa natal en honor y reconocimiento del mártir alicantino. 

El paso del tiempo –apenas 20 años después– ha hecho mella y hoy resulta prácticamente imposible poderla leer para cualquier alicantino o turista que visite el Casco Antiguo. Urge, pues, una restauración o restitución inminente de la placa que en su día simbolizó el noble sentimiento de un pueblo hacia uno de sus hijos.
Y hágase con diligencia y agrado, pues como dejó expreso el propio Castelló en uno de sus escritos: “A cada contrariedad, una sonrisa”. Que así sea. 

 

©Texto y fotografía: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

¿Sabías que…? 

Las Cofradías de Nuestra Señora de la Soledad y San Pedro Apóstol convocaron, en el año 2000, el «I Concurso Alicante y la Semana Santa», una apuesta de creación artística y literaria que, bajo el patrocinio del Grupo Editorial Anaya, fue dirigido a todos los escolares alicantinos. 

El propósito de este concurso consistió en fomentar una actitud de conocimiento y respeto hacia una de las manifestaciones más arraigadas de la ciudad de Alicante. Contó con una alta participación de escolares de Educación Primaria y Secundaria matriculados en los colegios públicos y concertados de la ciudad.

Los trabajos que podían estar escritos en cualquiera de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana versaron sobre el significado litúrgico y la historia de las manifestaciones públicas de la Semana Santa. 

El 25 de febrero de 2000 se reunió el Jurado calificador, formado por Balbina Oncina Alemañ, hermana mayor presidenta; Adrián Espí Valdés, director del Instituto Alicantino de Cultura «Juan Gil-Albert»; Francisco Gimeno Menéndez, catedrático de Lengua Española de la Universidad de Alicante; Antonio Vivo Andújar, párroco de la Iglesia de Santa María; y el profesor José Iborra Torregrosa, actuando en calidad de secretario. 

Tras el examen de los originales presentados en aquella primera convocatoria, los miembros del jurado determinaron premiar a los diez acreedores de la distinción de finalista: Belén Albeza González, Cristina Marquino Hernández, Verónica Velasco Hidalgo, Javier Maciá Ruiz, María Dolores Peláez Fernández, Jorge García Lillo, Alicia Ramos Gómez, Patricia Palao Acevedo, Ignacio Ramos Pinedo y Juan José Larios Tinoco.

La dotación consistió en un lote de libros juveniles y la correspondiente certificación del premio conseguido. La entrega de galardones se celebró el 31 de marzo en la Iglesia Parroquial de Santa María, que fue presidida por la hermana mayor presidenta y el cura párroco. 

 

©Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana

©Archivo Histórico de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y la Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante)

¿Sabías que…? 

Además de la asistencia en las grandes solemnidades y procesiones religiosas, los pescadores y marineros de la Cofradía de San Pedro también participaron en las grandes festividades civiles organizadas por la ciudad.
  

En los siglos XVII y XVIII, los cofrades de San Pedro, al igual que los de San Jaime y San Andrés, tomaron parte en la organización de las funciones festivas celebradas con motivo de la proclamación de reyes, bodas reales, nacimientos de príncipes, victorias militares y otros acontecimientos colectivos que servían de ocio y esparcimiento a los alicantinos durante varias jornadas.  

Los memoriales y las crónicas de la ciudad, conservadas en el Archivo Municipal de Alicante, ofrecen buena prueba de estos festejos que contaban con el amparo del Ayuntamiento.  

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Grabado “Pescador de la costa del Mediterráneo”. Juan Carrafa, 1825 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 

¿Sabías que…? 

D. Tomás Valcárcel Deza (1903-1999) dio cuenta de la descripción física y emocional de la primitiva talla de Nuestra Señora de la Soledad, emplazada en la primera capilla junto al altar mayor de la Iglesia Parroquial de Santa María. 

El prolífico artista, que vivió de niño la Semana Santa alicantina de principios del siglo XX, se refirió a ella en el Pregón Oficial que pronunció en 1987 ante la presencia de autoridades y miembros de las hermandades y cofradías.  

El documento testimonial, de especial relevancia y notoriedad por lo que supone, describía así la antigua imagen de la Soledad, una talla de gran expresividad en su semblante que atraía las miradas de los fieles y devotos que acudían a sus novenarios como antesala a la Procesión Oficial del Viernes Santo:

“Austera, vestida con una sencillez que pasma, con manto sobrio, sin bordado, toca monjil y delantal como un roquete de encaje blanco. Parecía una reina del medievo, triste, desolada, sin una flor. Se le hacía una novena, que gozaba de gran prestigio, en Santa María y allí se veneraba, igual que hoy, en altar pintado por un pintor alicantinísimo llamado Pericás, que era el pintor de las flores, y terminaba con sones de marcha fúnebre, interpretados por la Banda Municipal”. 

La prensa local del siglo XIX también resaltó con frecuencia la belleza artística y el impacto emocional de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María, una de las tallas de mayor devoción popular en la ciudad de Alicante. 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Fotografía de Tomás Valcárcel Deza. Revista Hogueras de San Juan (1961) 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 

¿Sabías que…? 

Durante los siglos XVII y XVIII, las Cofradías de San Pedro y San Jaime, integradas por las gentes del mar, eran las encargadas de contribuir con su presencia a los actos civiles y religiosos, cada vez que eran llamadas por la municipalidad para su organización pública.  

Las procesiones de Semana Santa y del Corpus Christi fueron un centro de especial interés para el mundo gremial de las que no se ausentaron los pescadores y marineros de la Cofradía de San Pedro, establecidos desde antiguo en el arrabal de San Francisco. 

En la relación de pagos recogidos en el “Informe sobre las Cofradías, Hermandades y otras especies de gentes colegiadas” (1770), requerido por el Gobierno de Carlos III, comprobamos que los cofrades de San Pedro atendían los gastos propios de las procesiones y de la cera del Jueves y Viernes Santo cuyo importe era de treinta pesos; una cantidad nada desdeñable para la época. 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Vista de la ciudad de Alicante en el siglo XVIII. Grabado publicado en la “Chrónica” de Rafael Viravens Pastor (1876) 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 

¿Sabías que…? 

La devoción popular a la advocación mariana de la Virgen de la Soledad se remonta en España al siglo XVI cuando la reina consorte Isabel de Valois (1545-1568), tercera esposa de Felipe II, encarga al pintor de la corte Gaspar Becerra una imagen dolorosa inspirada en un cuadro que la soberana trajo de Francia.  

Una vez tallada la imagen para el Convento de los Mínimos de Madrid, se revistió con el traje de viuda, propiedad de la condesa de Ureña, siendo implantado el modelo después por los artistas españoles.  

Siguiendo el popularizado esquema de la iconografía matritense, la primitiva imagen de la Soledad de Alicante –una de las advocaciones de mayor antigüedad del templo parroquial de Santa María– se concibió como una obra de culto, dentro de la tipología de candelero, con cabeza, manos y pies tallados.  

La antigua talla adoptaba una actitud orante, recogida y ensimismada en su dolor, con las manos entrecruzadas a la altura del pecho sosteniendo los atributos de la Pasión, con las que parecía reflejar y asimilar los designios de la voluntad divina.  

El luto aplicado a la iconografía de la Virgen en su Soledad tomará como referente el modelo fijado en el siglo XVI. La imagen de la Soledad de Santa María viste desde su origen las tocas blancas y el manto negro al uso de las viudas nobles; un canon de belleza que, pese a los influjos y cambios de moda de cada época, su cofradía ha logrado conservar inalterable hasta nuestros días.  

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Imagen de la Virgen de la Soledad del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid. Grabado del siglo XVIII 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 

¿Sabías que…? 

En el siglo XVII, los pescadores y marineros del arrabal de San Francisco tenían como santo titular a San Pedro Apóstol. A expensas de su devoción, levantaron una capilla en la Iglesia conventual de Nuestra Señora de Gracia, antigua sede desde donde partían en las procesiones del Jueves y Viernes Santo. 
 

Entre los cultos propios de su cofradía, destacaban la asistencia a la dobla, sermón y procesión en la festividad del santo, así como la celebración de la misa de aniversario en sufragio por el alma de los fallecidos. 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Postal: Plaza de San Francisco (Alicante) 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 

¿Sabías que…? 

La devoción al discípulo que se convirtió en el primer vicario de Cristo está muy arraigada en la ciudad de Alicante desde la época medieval.  

En el “Libro Antiguo de Beneficios de la Parroquial Iglesia de Santa María”, uno de los documentos de mayor antigüedad que se custodia actualmente en el Archivo Diocesano, hallamos noticias referentes a la erección, ya a principios del siglo XIV, de un altar próximo al de Santa María, bajo la advocación del apóstol San Pedro.  

Resulta curioso constatar que este altar dedicado a San Pedro, que estuvo instituido en la Parroquial de Santa María hasta bien entrado el siglo XIX, recibió compostura en numerosas ocasiones a expensas del clero y de los numerosos fieles que le profesaron culto.  

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana.

© Grabado de San Pedro Apóstol (Siglo XVIII).

Archivo Histórico de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol-Alicante.

¿Sabías que…? 

En el siglo XVII existían en Alicante dos cofradías integradas por las gentes del mar: la de pescadores, dedicada a los patronos San Jaime y San Andrés, que estaba fundada en una capilla de la Iglesia Parroquial de Santa María, en la Vila Vella; y la cofradía de San Pedro, que reunía a los pescadores y marineros en la Iglesia conventual franciscana de Nuestra Señora de Gracia, erigida en el arrabal de San Francisco. Eran dos corporaciones gremiales y religiosas que, según relatan las antiguas crónicas, participaban activamente en las procesiones vespertinas del Jueves y Viernes Santo.  

 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Grabado de Alicante. Biblioteca Valenciana 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante) 


¿Sabías que…? 

Muy antigua es la devoción mariana denominada bajo la advocación de Nuestra Señora de la Soledad, que se venera en la Iglesia Parroquial de Santa María.  
Existen referencias históricas en el Archivo Parroquial sobre el culto ofrecido a esta imagen, como así lo atestiguan las investigaciones del cronista Gonzalo Vidal Tur sobre el primer templo cristiano de la ciudad.  
Celebrados eran los actos litúrgicos que rendían los cofrades en honor de su imagen titular, previos a la procesión del Viernes Santo cuya salida era desde la Iglesia Parroquial de Santa María. Las fuentes documentales revelan que, con anterioridad a 1686, ya “se celebraba durante la Semana de Pasión, un solemnísimo septenario de penitencia, con sermones en honor y alabanza de la «Soledad de María», a cargo de su cofradía establecida allí canónicamente” (Vidal Tur). 

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 
© Foto: Colección Loty. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 

¿Sabías que…? 

El primitivo culto y devoción a la Soledad de Santa María está relacionado con las exequias y velatorios ofrecidos en honor de los fieles difuntos.  

En el siglo XVIII, y coincidiendo con las obras de ampliación de la Iglesia Parroquial de Santa María, la Capilla del Baptisterio se convirtió –según reza la “Chrónica” de Viravens Pastor– en capilla mortuoria, “velándose en ella los cadáveres ante un altar que se erigió, en el que se veneraba una imagen de Ntra. Sra. de la Soledad”.  

Era en esta capilla donde los cofrades celebraban los velatorios por el alma de los difuntos. De la existencia de este antiguo establecimiento, quedan en la actualidad algunos vestigios artísticos conservados en su interior.  

© Texto: José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social. Universidad de Murcia. Real Academia de Cultura Valenciana 

© Fotografía: Colección Loty. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 

© Archivo Histórico Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Santa María y Cofradía de San Pedro Apóstol (Alicante)